La cavidad cardíaca muestra movimiento continuo, pero dicho movimiento no responde a ningún propósito reconocible. El ritmo registrado carece de correlación funcional con los demás sistemas, y no se asocia a estímulo, demanda metabólica ni necesidad evidente. La actividad es persistente, autónoma y no dirigida, como si operara por mera repetición mecánica. No se identifican indicadores de finalidad, coordinación o intencionalidad fisiológica. El órgano permanece activo, pero su acción no parece pertenecer a ningún circuito comprensible del organismo.